¿Te cuesta prospectar aunque sabes que es la parte más importante de tu trabajo? ¿Encuentras siempre buenas justificaciones para postergar esta tarea? A todos nos ha pasado en algún momento, pero debes salir de ese laberinto de excusas y regresar a una prospección sistemática. Aquí te dejo algunas reflexiones para cambiar tu perspectiva.

No prejuzgues. Acércate a cada posible cliente con una mente abierta. Muchas veces nos formamos juicios respecto a lo que una persona pensará sobre nosotros y la descartamos antes de presentarles nuestro producto. ¿Tú qué sabes lo que piensan los demás? Y la buena noticia: no somos tan importantes como para ocupar el esºpacio mental de gente que no nos conoce.

Valora tu trabajo. Recurre a tu creatividad para disfrutar de sus ventajas. La prospección es un trabajo difícil, pero tampoco hay que dramatizar. Por ejemplo, durante este invierno he realizado mucha prospección telefónica y, cuando bajaba mi energía, me recordaba que estaba sentado en un lugar confortable, con calefacción y café caliente, mientras algunas personas en el mundo ni siquiera tenían agua potable. ¿De qué podía quejarme? Aprecia tu trabajo, enfócate en todo lo bueno que tiene (y que tienes) y usa tu creatividad para ayudarte a poner el máximo esfuerzo en él.

No uses la excusa del salario. Si estás descontento con tu salario, elige entre dos acciones correctivas: habla con tu empresa o busca otra empresa que te pague mejor. Nadie te criticará por ello. Pero no utilices el salario como excusa para no hacer la parte que supones menos atractiva de tu trabajo (prospección, registros, reportes, etc.). Recuerda que, como vendedor, lo que siembres hoy, y el prestigio que construyas con tu actitud, determinará tu situación de mañana.

Redefine el éxito. No te obsesiones con ser el mejor vendedor ni pienses en tus objetivos a la hora de prospectar. Agregarán una tensión innecesaria a tu actividad. En lugar de eso, redefine el éxito: ser exitoso en prospección es cumplir tus tareas diarias y dedicar a ellas tu máximo y mejor esfuerzo. ¡Y hay que premiarse por ello! Si las ventas se ponen difíciles o se postergan, busca otras opciones, pero no te rindas, no abandones la prospección, sigue adelante.

Desarrolla maestría. Todo lo que aprendas te lo llevarás contigo. Usa tus llamadas para mejorar tu forma de hablar, tus visitas para ser más consciente del cuerpo a la hora de vender, las negativas de tus prospectos para incrementar tu resistencia al rechazo. Estudia, aprende, aprovecha cada situación para evolucionar en tus habilidades y conocimientos. Hay pocas cosas tan motivadoras como superarse a sí mismo.

En resumen, la prospección es una de las partes ásperas de nuestro trabajo comercial, sin embargo, es fundamental. Con una actitud positiva, dejando a un lado tus prejuicios y poniendo a funcionar tu creatividad, puedes convertirla en tu mejor aliada y en la llave para lograr tus más grandes resultados de ventas.